Mi nombre es José Mercedes López Pérez y mi finca se llama San José, está ubicada en la comunidad de Los Planes, aquí la actividad principal es el café.
Tengo una manzana aquí donde vivo y otra manzana en una parte más alta. El año pasado recibimos la visita del Comité Directivo del Programa Cuenca Dipilto, en el que participo desde el año 2018; ellos vieron que la finca estaba bien, la cosecha buenísima, saqué 36 quintales de café.
En cambio, por las condiciones climáticas, este año se hubieran asustado de ver la baja de la cosecha; pero así está el café en todas las fincas. Eso tiene el café, que un año la cosecha es muy buena y el siguiente no tan buena.
Este año el invierno trajo poca agua y su impacto se nota en las plantas de limones, mandarinas y naranjas.
Con el Programa, he logrado cambios en mi manera de trabajar la finca y he aprendido a cuidar el agua de la cuenca, que es lo principal que el Programa vino a inculcar a todos los habitantes de las comunidades. Todas las fincas, que están en lo alto de la cuenca, sus aguas van a caer al río y esa agua la consume la gente del pueblo; por eso es que debemos de tener el cuidado de no contaminarla.
De los cambios en la finca, está que ya no uso productos químicos. Aprendí que esos productos, matan a los animalitos que ayudan a mantener fértil el suelo, como las lombrices de tierra, además de contaminar el agua.
Aquí recibí del Programa un pulpero donde recojo la pulpa del café, antes hacía un hoyo y dejaba que la pulpa se pudriera y secara; ahora, no. La pulpa me sirve para hacer abono orgánico, que ocupamos aquí mismo en la finca.
Ahora puedo decir que he tenido experiencias bonitas y útiles, que he aprendido de otros y que lo aprendido, lo estoy poniendo en práctica en mi finca.
En esta finca trabajamos mi señora, María Lourdes Rodríguez Zamora, y nuestra hija, Aracely López; tengo un hijo mayor, pero él ya vive independiente.
Me llamo Aracely López. Yo estoy aquí en la finca y realizo las mismas prácticas de mi papá y mi mamá y a la vez estoy en la Cooperativa Mujeres Trabajadoras de Dipilto, COMUTRADI; ahí ingresé desde que mi papá me dio una parcela en herencia.
A la COMUTRADI me asocié a los 16 años como una pre-socia; cuando cumplí los 18 años, entré como una socia.
La Cooperativa ha participado en el Fondo Concursable del Programa y ha ganado, por lo que fui beneficiada con un filtro para agua de tomar. Ese filtro es muy bueno, resistente.
Yo estoy contenta y agradecida, porque son cosas que ni las conocíamos y que resuelven el problema del agua; sobre todo a mí, que tengo una hijita de meses.
Aquí el agua en el verano la recibimos día de por medio, por eso es importante tener el filtro; porque el agua de tomar la recogemos primero y luego la vamos filtrando.
El sistema de agua es un gran avance en la comunidad y el filtro también. Si no fuera por el sistema de agua, aún estaríamos yendo a buscar agua hasta el zanjón o quebrada más cercana; y ésa queda un poco retirada de aquí. Aquí no hay agua cerca.
A nosotros nos toca estar pendiente con el pago de la tarifa del agua; es lo menos que podemos hacer, ya que no perecemos por el agua.
Al inicio del Programa estuve en capacitaciones, iba a ser promotora; pero como en ese tiempo estaba embarazada no continué, porque había que salir a otros lados. Ahora, como socia de la COMUTRADI, me eligen para ir a reuniones del Programa y espero seguirme capacitando con ellos, me gustaría llegar a ser una promotora.
Soy María Lourdes Rodríguez, he estado en cursos en la Escuela de Campo. Ahí nos reuníamos en grupos para las capacitaciones, aprendí a hacer el abono orgánico: con tallos de guineo picado, hojas del árbol de búcaro; uso también los desperdicios de la cocina. El asunto está en manejar la abonera hasta que todo se desintegre y el abono esté listo.
El Programa nos ayudó con obras que evitan contaminar el ambiente, como la letrina, el eco fogón para usar menos leña y producir menos humo.
El tanque plástico para recoger el agua de la lluvia, durante el invierno nos nos mantiene el agua aquí al lado de la casa; cuando ya no llueve, esa agua nos dura un mes.
En el verano el tanque lo relleno con el agua del sistema de agua comunitario; así tengo el agua de tomar almacenada aquí mismo junto a la casa.
El Programa además nos entregó 80 árboles frutales entre aguacates, mandarinas y limones; nos entregó el alambre, con ello aseguramos el cerco, para que la gente respete y los animales no molesten los siembros.
Mi cambio más significativo
“En la finca y en la casa
cuidamos el ambiente”
A nivel personal como María de Lourdes pienso
que, además de los cambios en nuestra familia, hay
cambios en la comunidad a raíz del Programa.
Estamos más organizados, participamos en las
reuniones, estamos unidos con las mismas ideas y
vamos aprendiendo sobre la cuenca,
o sobre cómo mantener las buenas prácticas que ya
hemos avanzado en la finca.
A todas estas mejoras le doy buen uso, y ahí las vivo
cuidando para que me duren.