Mi nombre es Carmen Josefina Montoya, fui maestra durante gran parte de mi vida, me salí cuando compré esta parcela y me vine a vivir aquí a Las Manos. No pude continuar dando clases; porque la escuela, donde me tocaba ir, estaba en otra comunidad.
A esta parcelita le llamé “Dios proveerá”, es de un cuarto de manzana; cuando la compré, no tenía esta casita. El cafetal tiene una parte de plantas que ya estaban establecidas cuando llegamos; nosotros hemos sembrado 400 plantas de café y 200 hijos de plátanos.
Hemos diversificado la parcela con frutales; tenemos naranjas, jocotes, limones, mandarinas, chayotes.
El café que cultivamos es orgánico, soy socia de la Cooperativa de Mujeres Trabajadoras de Dipilto (COMUTRADI). Cuando llega la cosecha yo entrego cuatro quintales de café lavado, ese café lo comercializa directamente la cooperativa.
De las frutas que aquí se producen no llego a contabilizar; porque son para el consumo y también para la familia que viene a visitarnos. Nosotros no vivimos de las frutas; aquí todos los vecinos tenemos las mismas frutas, los chayotes se caen y nadie los recoge, igual las naranjas y limones.
En los alrededores nadie compra y llevarlas a Ocotal, no resulta; se gasta más en el transporte que lo que se va a sacar de la venta.
Para tener mis ingresos y comprar lo que me hace falta, tengo mi negocito de hacer pan en un horno de barril, que es excelente.Hago pan, hojuelas y cajetas. Lo que produzco, aquí mismo lo vendo.
Mi vida en la comunidad es muy activa; por lo que organizar mi tiempo es la clave de todo. Llevo dos periodos en que he sido electa como Presidenta del CAPS Ríos de Agua Viva, aquí en Las Manos.
Tal vez la gente ha visto la manera de trabajar de nosotros, o ve que la organización del CAPS está fortalecido. Como CAPS participamos en el comité de la micro cuenca, y también fui electa Presidenta del Comité de la Microcuenca de Las Manos.
Todos los que estamos en los comités de microcuenca del Río Dipilto formamos la Asamblea del Comité de Cuenca. En noviembre se realizó la elección de la Junta Directiva del Comité de Cuenca, donde soy Fiscal, para el período 2021 al 2023.
En cada uno de estos cargos hay actividades y responsabilidades. En el caso del Comité de Cuenca ya tenemos un calendario de actividades, aparte están las actividades propias del CAPS y las del comité
de microcuenca.
Como participo en otras organizaciones, lo que me queda de tiempo es el fin de semana, ese tiempo es solo para mí. El domingo me voy a la Iglesia Bautista, donde soy maestra de los niños en la escuela dominical.
Ahorita en el Comité de Cuenca estamos promoviendo la participación de otros sectores para que se sumen a la campaña de concientización para la no contaminación por basura del Río Dipilto. Para ser la primera
vez, estuvo muy buena la experiencia.
A través de esta campaña se hacen jornadas de limpieza y visitas casa a casa, para sensibilizar a las familias sobre el manejo adecuado de la basura, charlas y otras actividades.
En la visita les decimos a la gente que no boten la basura en la calle y caminos, porque van a parar al río y lo contaminan; es mejor enterrarla o usar los basureros y sacos, que se han puesto en cada comunidad, para que el camión recolector de la Alcaldía se lo lleve al basurero.
Volviendo a mi vida, dicen mis hijos que yo no sé vivir sin actividades en la comunidad. Lo cierto es que durante la semana tengo que atender compromisos de las distintas juntas directivas en que participo, más cursos o reuniones de otras cosas; por ejemplo, mañana voy a clases a la Universidad Martín Lutero, para aprender a usar la biblioteca virtual de la plataforma del Comité de Cuenca. Esto es todo el día, de ocho de la mañana a las cinco de la tarde.
Para mí, la clave está en organizar el tiempo; si voy a salir tengo que levantarme más de mañana, para dejar todo listo.
Mi cambio más significativo
“Ahora veo más allá de la finca y la comunidad, lo que hacemos aquí, afecta a todos”
Con el Proyecto Cuenca Dipilto he tenido un cambio en mi vida; porque me ha ayudado a ver más allá de la finca y la comunidad; ahora veo esto, como parte de un territorio, donde todo está relacionado. Lo que hacemos aquí, afecta a todos. Y esa comprensión me ha llevado al compromiso, ahora el asunto es cómo organizar el tiempo de mi trabajo en el hogar, atender mi negocito del pan y el trabajo comunitario. Sé que el trabajo comunitario, es voluntario; pero me gusta aprender y apoyar, valoro que la gente tiene esa confianza en uno, de que siempre está al frente de la comunidad y nos apoya. Me gusta trabajar por la comunidad, ya me acostumbré. Aquí además de dedicarme al CAPS, soy brigadista de salud, he aprendido sobre el liderazgo de las mujeres, sobre la autoestima; eso me ha ayudado a valorarme. Aparte de mis cambios personales, en la finca, con el apoyo del Programa, tengo cambios en la parcela del café y la diversificación de los cultivos, uso el tanque para recoger el agua de lluvia, aprecio mucho el eco horno, porque consume menos leña, y el filtro de aguas grises, que filtra el agua de la lavada de la ropa y del lava trastes. Esa agua ya filtrada sale a la cuneta y va caer al cauce. Con estos cambios en la finca, me siento contenta, agradecida; también me siento comprometida con la comunidad y “la Cuenca, conmigo cuenta”.