Mi nombre es Alba Esperanza López. Vivo en la comunidad de los Planes, Sector #1. Soy Presidenta de la Cooperativa de Mujeres Trabajadoras de Dipilto, COMUTRADI. Yo ingresé como socia en el año 2012; las socias antiguas me contaron la historia de cómo surgió la cooperativa.
Ellas eran madres solas, trabajando para criar a sus hijos, haciendo de padre y madre; y buscando cómo mejorar sus vidas, se fueron reuniendo hasta que formaron el grupo Las Gaviotas.
Todas eran de la comunidad de Loma Fría, y recibieron apoyo de la Fundación Entre Mujeres, para comprar un pedacito de tierra a cada mujer. Ellas empezaron de cero, construyeron sus casas y continuaron organizadas.
A mí me invitaron a reuniones y me gustó tanto, porque hablaban de que las mujeres tenemos derecho a pensar y decidir por nuestra propia cuenta.
Decidir sobre la parcela, porque las mujeres dicen, yo tengo mi parcela; pero el hombre decide lo que se hace, lo que se produce, lo que se vende y compra.
Cuando me preguntaron si quería ingresar a la cooperativa dije que sí, me gustaba cómo trabajaban y cómo vivían organizadas.
Así empecé a trabajar mi cafetal de manera orgánica; mi parcela es de manzana y media. Cuatro años pasé en transición del cultivo convencional al ecológico, hasta obtener mi certificación de café orgánico.
Las productoras ecológicas entregamos el café a PRODECOOP, la producción es de unos 280 quintales de café en oro, un promedio de 10 quintales por socia.
Hoy la COMUTRADI la integramos 44 mujeres; Las Gaviotas están en Loma Fría y nosotras en Las Manos.
En la primera fase del Programa Cuenca Dipilto, las mujeres participamos porque somos parte de la cuenca, elaboramos planes de finca, para saber qué es lo que se tenía que hacer de acuerdo a las necesidades de cada una, o para corregir asuntos de la parcela.
Unas agregaron café, otras agregaron árboles frutales, hicieron diques; ese plan de finca se hacía con el apoyo de un técnico del Programa.
El plan de finca nos ayudó mucho, porque en la Cooperativa las socias tenemos que llevar un registro de las actividades que se van hacer en todo el año.
Cuando en el año 2019 salió la convocatoria del Fondo Concursable, la COMUTRADI presentó un proyecto para recoger el agua de la lluvia en tanques de plástico de mil cien litros; solicitamos 14 tanques y 10 letrinas mejoradas, para que haya saneamiento y no se contamine el agua. En total fueron 18 mujeres beneficiadas.
Como cooperativa las mujeres nos sentimos agradecidas. No es fácil ir traer el agua en un balde y venir por estos caminos, cargándolo en la cabeza; esa era la realidad de Las Gaviotas, jalaban agua de largo para poderse bañar.
En la segunda convocatoria Olguita Amaya, que es una socia de la COMUTRADI, y yo trabajamos el perfil del proyecto, tuvimos el apoyo de otras personas.
Un perfil de un proyecto no es nada seguro, es como hacer un examen que puede llegar a aplazarse o puede llegar aprobarse; porque es una competencia. Y hay que dedicarle tiempo para pensar bien el proyecto a concursar.
En la segunda convocatoria del fondo, presentamos un proyecto que beneficiaba a 90 familias, de ellas 30 eran de la cooperativa. En el proyecto que perfilamos para el Fondo Concursable no hacemos diferencia entre las mujeres de la cooperativa y en vecinos de las comunidades.
Este segundo proyecto presentado, como ya estaba el Covid 19, una de las preocupaciones fue poner lavamanos en lugares donde llegan muchas personas.
Incluimos en nuestro proyecto cuatro lavamanos, para instalarlos dos en escuelas, una es un preescolar con doce niños y la otra una escuela con 35 niños. Esos lavamanos van con un tanque plástico, de mil cien litros, para que tengan agua en todo momento.
Incluimos también a dos iglesias, una católica y una evangélica, para que los hermanos que llegan de diferentes lugares, tuvieran donde lavarse las manos y sobre todo agua con que lavarse.
El proyecto incluía 16 letrinas, 33 filtros de agua y 11 tanques.
Lo que hemos resuelto con el Fondo Concursable no sólo mejora la vida a las socias, también nos ayuda como organización a estar más unidas y preocupadas por nuevos temas: el agua, el ambiente, la cuenca.
Mi cambio más significativo
“Estar organizada me ha ayudado a ser más solidaria con las personas”
Al inicio, en la cooperativa, yo sentía como temor de participar; pero al mismo tiempo me armaba de valor y me decía “yo puedo”, no debo decir que no puedo.
Ahora ya voy a cumplir un año de estar de presidenta y siento que esto me ha ayudado a ser más solidaria con las personas.
He sentido que yo puedo hacer las cosas y que puedo defenderme como mujer. Capto con más facilidad lo bueno y lo malo, y me siento bien, desarrollando mi trabajo, tanto con las mujeres jóvenes como con las señoras.